sábado, 6 de abril de 2013

Decidir

Una de las cosas que no te explican y que es consecuencia directa de crecer y madurar, es tener que tomar decisiones importantes que marcarán tu destino. Sí, está claro que a estas alturas todos hemos tomado decisiones... tenemos una edad. Pero siempre hay una que es más complicada que las demás; una que te tiene comiendo techo antes de irte a dormir día tras día, que la comentas con tu gente de confianza y lo único que te saben decir son cosas como que " hagas lo que te pida el cuerpo", como "no tomes aún la decisión,  es pronto"...  Pronto? Esa palabra es relativa en alguien que lo de la paciencia para ciertas cosas no la lleva muy bien!
La verdad es que aparentemente la respuesta a la pregunta tendría que ser fácil de responder... Te vas o te quedas? En un principio, si te apetece te quedas y si no te vas, no? PUES NO!

Cuando tomas la decisión de irte lejos sabes que dejas muchas cosas importantes en tu vida y si la decisión es firme, esto no debería de ser un problema. Pero lo es. Los meses pasan, echas de menos a tus amigos, a tu familia, a tu mascota, tu coche, la comida de tu madre e infinidad de cosas más. Lo peor es que no eres consciente de lo mucho que quieres todo eso hasta que llevas sin ello un tiempo...

La vida sigue y a la gente a la que quieres le pasan cosas, como a ti. A veces buenas y a veces no tanto. Es entonces cuando caes en la cuenta de que las nuevas tecnologías no pueden suplir el calor de un abrazo cuando alguien lo necesita, las palabras de apoyo, la voz de tus amigos celebrando algo importante... en esos momentos cierras los ojos y lo único que te quedan son los recuerdos. Los recuerdos y secar las lágrimas que recorren tu cara.

Esta es la parte menos buena de ser inmigrante, de no estar en casa.

Después están las cosas buenas. Toda la gente que, como tú, están lejos de casa y que de vez en cuando también secan sus lágrimas pensando y sintiendo las mismas cosas. Los nuevos lugares, las nuevas experiencias, los nuevos olores, sabores, calles, gente, voces, música... Gente que comparte esas ganas de descubrir cosas, que se emociona como tú planeando una escapada en bicicleta o irte andando al pueblo de al lado, o visitar un lago, esperar que llegue el buen tiempo... cosas pequeñas que aquí se convierten en grandes, enormes.

Cuando crees que tienes la decisión tomada, pones una fecha para dejar todo lo que has descubierto y volver a casa para emprender otros proyectos, surge una tarde de cervezas, surge la conversación, le dan la vuelta a tus planes, te piden 1000 veces que por favor no te vayas... Hablas con la gente que está lejos, que nada le gustaría más que tenerte cerca como son tu familia y tus amigos, que te conocen y también dicen que te replantees la decisión, que recapacites...
Es es ese momento cuando cambias de opinión y DEFINITIVAMENTE DECIDES QUEDARTE.

Y es por culpa de esa gente, por la que tomar la decisión ha sido tan difícil. Por ellos, por las oportunidades que te puede dar el nuevo lugar donde vives y porque salir de casa, levantar la vista y ver los Alpes es algo difícil de explicar que merece mucho la pena...

Os echo de menos, muchísimo... más de la que nunca podría imaginar. Las lágrimas volverán a rodar por mi cara, volveré a recordar momentos juntos con todos y cada uno de vosotros y una oleada de tristeza envolverá mi corazón como en el último mes. Es entonces cuando tendré que recordar que algo une a las personas que se quieren más allá de los kilómetros y que lo único que importa de verdad es intentar ser un poco más feliz.





2 comentarios:

  1. Grande no, enorme. Le toca la patata a todos los que estamos lejos de "casa" y empezamos a tener las mismas dudas.

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  2. Creo que ya va siendo hora de una nueva actualización, que hable de más cosas que se encuentran sin buscar, o que simplemente aparecen porque te las buscan amigas, EJEM!

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